Una persona que tiene varias de estas características se puede considerar que padece un trastorno de la personalidad esquizotípiza.
1. Ideas de referencia (la creencia que la conversación, las sonrisas u otras acciones de la gente se refieren a uno mismo).
2. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiaridad y tiende a relacionarse con temores paranoides en lugar de juicios negativos.
3. Creencias o pensamientos extraños de que tiene poderes mágicos (por ejemplo, "otras personas pueden experimentar mis sentimientos").
4. Experiencias perceptuales poco comunes que incluyen ilusiones corporales.
5. Lenguaje y pensamiento extraños (por ejemplo, muy vago, circunstancial, demasiado elaborado).
6. Ideas paranoides o suspicacia.
7. Comportamiento o apariencia extraños o excéntricos (por ejemplo, gesticulaciones poco comunes, hablar consigo mismo, lenguaje extraño).
8. No tiene amigos cercanos ni confidentes (o quizá tiene sólo uno) que no sean familiares, sobre todo debido a la falta de deseo del contacto, la incomodidad constante con los demás o excentricidades.
9. Afecto inapropiado o restringido (por ejemplo, es frío, retraído).
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