Una persona que tiene varias de estas características se puede considerar que padece un trastorno de la personalidad antisocial.
1. Desenvoltura, superficialidad.
2. Egocentrismo, aires de grandeza.
3. Falsedad, manipulación.
4. Carencia de remordimientos.
5. Carencia de simpatía.
6. Impulsividad.
7. Irresponsabilidad.
8. Enojo y frustración.
9. Antecedentes de problemas conductuales persistentes, variados y serios como niño y adolescente.
10. Comportamiento antisocial en la edad adulta.
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